Escrito por:
Dra. Clara Muñoz, investigadora y biomédica
Metodología
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Si quieres descansar mejor, utilizar un topper puede ser la manera más rápida y sencilla de conseguirlo. Y es que proporciona una comodidad y soporte adicionales, así como también ayuda a prolongar la vida de tu colchón.
En este artículo, te explicamos qué es un topper, por qué es beneficioso utilizarlo y cuándo es necesario añadirlo, para que puedas elegir el más adecuado para ti.
¿Qué es un topper?
Un topper, también llamado colchoncillo o sobrecolchón, es una capa adicional de acolchado que se coloca sobre el colchón, como si fuera un colchoncito fino. Su función principal es la de proporcionar una mayor comodidad y apoyo, y puede estar fabricado con diferentes materiales, desde espuma o viscoelástica, hasta látex o plumón y plumas.
Un topper y un cubrecolchón no son lo mismo
Aunque a veces se utilizan indistintamente ambos términos, en realidad son accesorios de descanso distintos.
Si el topper es un colchoncito fino, el cubrecolchón en realidad es un protector en forma de sábana que cuida el colchón de las manchas. Se coloca entre el colchón y la sábana bajera y suele ser impermeable, para que no traspase ni el sudor ni otros líquidos.
Ventajas de usar un topper
El uso de un sobrecolchón tiene varias ventajas, entre ellas:
Más confort: Si tienes un colchón demasiado firme o quieres un poco más de amortiguación, un topper puede hacerlo más cómodo. Combínalo con una buena almohada que te ayude a mantener una buena postura al dormir.
Apoyo adicional: Si tienes dolor de espalda o molestias articulares o musculares, un sobrecolchón puede proporcionarte más apoyo donde más lo necesites, aliviando el dolor y mejorando la calidad de tu sueño.
Prolonga la vida de tu colchón: El topper protege el colchón del desgaste, ya que evita el roce y que llegue hasta él nuestro sudor mientras dormimos.
Aísla el movimiento: Si dormís dos personas en la misma cama, el topper reduce la transferencia de movimiento y favorece la independencia de lechos, así que si uno de los dos se suele mover al dormir, no despertará al otro.
Renovación del colchón: Si tienes un colchón viejo y no quieres comprar uno nuevo o ahora no te va bien gastar ese dinero, puedes renovarlo de manera más económica añadiendo un topper. Pero ten en cuenta que, si está deformado, el colchoncillo se adaptará a esa forma y no servirá de mucho.
Desventajas de usar un sobrecolchón
También hay algunas desventajas en el uso de un topper, entre ellas:
Puede ablandar demasiado tu colchón: Si tienes un colchón de firmeza media o baja, añadirle un topper puede hacerlo demasiado blando. Esto lo notarás principalmente porque te costará mantener una buena postura al dormir y, también, tendrás dificultad al entrar y salir de la cama.
El coste: Los toppers pueden ser caros, dependiendo del material y el tamaño que elijas. Pero es más asequible que comprar un nuevo colchón.
Hay que sustituirlos con más frecuencia: A diferencia de los colchones, que suelen tener unos 10 años de vida útil con los cuidados adecuados, los colchoncillos deben sustituirse cada 2 o 3 años. Esto se debe a que son más finos y se comprimen más fácilmente tras un tiempo de uso.
Pueden ser difíciles de limpiar: Los toppers, especialmente los de plumón o plumas, son más difíciles de limpiar y pueden necesitar incluso una limpieza profesional. Por eso, te recomendamos que utilices una funda protectora que, además de cubrir el colchón, también tenga espacio suficiente para el sobrecolchón.
Sábanas más grandes: Como el topper suma unos cuantos centímetros más a la altura del colchón, seguramente tendrás que cambiar tus juegos de sábanas y buscar otros que lo cubran todo.
¿Cuándo se debe utilizar un colchoncillo?
Si no estás seguro de si necesitas un topper, responde a estas preguntas te ayudará a averiguarlo:
- ¿Te despiertas a menudo con sensación de rigidez o dolor?
- ¿Sufres dolores de espalda?
- ¿Tu colchón es demasiado firme?
- ¿Deseas prolongar la vida útil de tu colchón?
Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, un topper puede ser una buena opción para ti.
¿Cuáles son los distintos tipos de topper?
Topper de espuma
Es el colchoncillo más ligero y más asequible de todos. En consecuencia, es también el de menor calidad y el que ofrece menor confort. Por ello, lo recomendaríamos para usos ocasionales o si necesitas poco cambio en la firmeza de tu colchón.
Nuestra recomendación: Sobrecolchón Amazon Basics
Topper de viscoelástica
Se adapta a la forma del cuerpo, proporcionando apoyo y alivio de los puntos de presión como hombros y caderas. También es muy eficaz para reducir la transmisión de movimiento, por lo que si duermes con tu pareja, es menos probable que te moleste si se mueve.
Sin embargo, puede retener más el calor, por lo que no te lo recomendamos sí eres muy caluroso o vives en climas muy cálidos. Si aún así quieres un colchoncillo viscoelástico, deberías buscar uno que tenga algún tratamiento que le aporte frescor, como el viscogel.
Nuestra recomendación: Topper Hypnia Bambú
Topper de látex
Es similar a la viscoelástica, ya que se adapta al cuerpo, proporciona un buen soporte y alivia los puntos de presión. Pero es un poco más fresco, aunque no mucho más.
El látex también es muy duradero y evita el hundimiento, lo que te facilitará girarte por las noches y, si sueles moverte, no notarás tanto la sensación de atrapamiento.
Nuestra recomendación: Sobrecolchón Kipli Látex Natural
Topper de plumón y pluma
Son los colchoncillos de mayor precio y lujo, y suelen estar rellenos de plumas o plumón de pato o ganso. Son suaves y proporcionan un buen aislamiento, por lo que son ideales para el frío o el invierno. Sin embargo, no son tan resistentes como los de viscoelástica o látex y también pueden aplastarse con el tiempo y perder su forma.
Nuestra recomendación: Topper Kipli Plumón
Conclusiones
Un topper puede ser una buena opción si necesitas más comodidad, apoyo o quieres alargar la vida de tu colchón. Como has visto, hay diferentes tipos, por lo que es importante que elijas el que mejor se adapte a tus necesidades.
