
Elegir la firmeza correcta para tu colchón va más allá de notar que el colchón es cómodo cuando te tumbas por primera vez sobre él. Por ejemplo, un colchón muy blandito puede parecer cómodo, pero con el tiempo podría provocarte problemas de espalda por no ofrecerte la ergonomía adecuada.
En este artículo te explicamos todo lo que deberás tener en cuenta para elegir un colchón de firmeza adecuada a tu forma de dormir y características corporales.
La firmeza del colchón es la sensación que sientes al tumbarte en él. Es un concepto bastante subjetivo y no existe una escala universal para medirlo. Por eso, cuando comparas colchones de distintas marcas, verás que cada una define la firmeza de sus colchones de una forma diferente. Incluso puede ser que un colchón que a una persona le parezca muy firme, a otra no se lo parezca tanto y viceversa. Para evitar esta variabilidad que suele generar dudas y confusión, en Encuentra Colchón hemos desarrollado nuestra propia escala de firmeza, para ofrecerte datos comparables entre las decenas de colchones que probamos y evaluamos. Esta escala va del 1 al 10: los colchones menos firmes tienen una puntuación más baja y los más firmes estarán más cerca del 10. Son colchones que se sienten muy mullidos al tumbarte. Son los que, en lenguaje coloquial, llamamos colchones blandos. Tienen una puntuación entre 1 y 4 en nuestra escala de firmeza. Para quién son adecuados: pueden ser adecuados para personas de peso bajo (por debajo de los 55-60 kg), especialmente si sueles dormir de lado y no cambias demasiado de postura. Pero, si pesas más, son colchones poco recomendables porque no suelen ofrecer una ergonomía adecuada para la columna. Tampoco los recomendamos a personas que suelen moverse durmiendo porque, al envolverte bastante, no facilitan los cambios de postura. Sensación de descanso: al ser muy mullidos, hay gente que duerme comodísima, mientras que otros pueden llegar a sentir que el colchón les “atrapa”, sobre todo si sueles cambiar de postura durante la noche. Transpirabilidad y temperatura: al hundirte bastante, suelen ser colchones más bien calurosos y que no transpiran demasiado bien. Durabilidad: al ser tan blandos, son colchones que tienden a deformarse más rápido que los colchones firmes, sobre todo en camas de matrimonio. Son los colchones con una puntuación entre el 5 y el 7 de la escala de firmeza. Suelen ser los más populares y versátiles. Para quién son adecuados: son colchones aptos para personas tanto delgadas como de complexión media y ligeramente robusta (hasta los 75-80 Kg). Son aptos para dormir de lado (siempre y cuando no seas muy robusto), boca arriba y boca abajo. También son una buena opción para camas de matrimonio y personas mayores, ya que ofrecen una buena adaptabilidad sin hundirse demasiado, especialmente importante si es una persona con problemas de movilidad. Sensación de descanso: estos colchones se sienten mullidos y con buena sensación de acogida al tumbarse, pero sin notar que te envuelven demasiado. Son colchones cómodos porque distribuyen bien la presión, especialmente en las zonas más pesadas del cuerpo. Transpirabilidad y temperatura: al no hundirse tanto, son algo más transpirables y no dan tanto calor. Durabilidad: al utilizar materiales de más densidad, tienen mayor resistencia al hundimiento y, por lo tanto, una vida útil más larga. Los colchones de firmeza alta tienen una puntuación entre 8 y 9 en nuestra escala de firmeza. Para quién son adecuados: son colchones adecuados para personas robustas hasta los 100 kg aproximadamente, ofreciendo una buena alineación para la columna. Ideales sobre todo si, además de ser una persona robusta, sueles moverte al dormir o si duermes boca arriba. También son una opción adecuada para camas infantiles y adultos jóvenes. Sensación de descanso: ofrecen una ligera sensación de adaptabilidad y pueden sentirse algo mullidos -a mayor peso del durmiente, menos firme lo notará. Transpirabilidad y temperatura: al envolver poco, suelen ser colchones con muy buena transpirabilidad y baja tendencia a acumular el calor. Durabilidad: al utilizar materiales más resistentes y densos, suelen tener una larga vida útil y no se deforman con facilidad. Aquellos colchones con una puntuación de 10 en la escala de firmeza. Son lo que solemos definir coloquialmente como un colchón “duro como una piedra”. Para quién son adecuados: son colchones adecuados para personas con un peso muy elevado, por encima de los 100 kg, especialmente si duermes boca abajo ya que evita que la pelvis se hunda demasiado, produciendo una mala postura en la zona lumbar. Sensación de descanso: muy poco envolventes y nada mullidos. Esto tiende a producir puntos de sobrepresión en hombros, caderas y rodillas, sobre todo al tumbarse de lado. Transpirabilidad y temperatura: al no hundirse, suelen tener buena transpirabilidad y no acumulan el calor. Durabilidad: suelen resistir bastante bien el paso del tiempo. No, desafortunadamente no existe un colchón con una firmeza adecuada para todo el mundo, así que no te dejes engañar por el marketing y la publicidad engañosa de algunos fabricantes que te vendan el unicornio rosa de la firmeza universal. Por eso, es tan importante tener claros los aspectos importantes a la hora de elegir la firmeza adecuada que te vamos a contar a continuación. Sin embargo, a la hora de elegir también es importante que tengas en cuenta tus preferencias: según si te gustan los colchones más mullidos o menos, acaba de afinar tu decisión. Es lo primero que deberás tener en cuenta a la hora de elegir la firmeza del colchón. La norma general es que, cuanto mayor sea tu peso, más firme deberá ser tu colchón para ofrecer el soporte necesario a tu espalda y que tu cuerpo descanse en una posición adecuada. Para guiarte en la elección según tu peso y estatura, nuestros expertos en descanso han preparado esta tabla orientativa. Tu cuerpo ejerce presiones diferentes sobre el colchón según la postura en la que duermes y por eso es importante que este tenga una firmeza adecuada que mantenga tu espalda en una posición correcta y que todas las partes de tu cuerpo queden bien apoyadas, pero evitando zonas en las que se produzca sobrepresión. Esto es lo que medimos en los test que hacemos a los colchones con un aparato en forma de manta que evalúa la presión que se produce en cada zona del cuerpo y nos informa de si el colchón está repartiendo bien el peso. Si existen puntos donde el colchón no logra aliviar bien la presión, eso te causará incomodidad y, inconscientemente, tu cuerpo se moverá más de lo habitual por la noche para aliviar esa sobrepresión mediante los cambios de postura. Este “ejercicio” excesivo del cuerpo durante la noche puede hacer que te levantes con sensación de no haber descansado bien. Y como dormirás en varias posturas distintas a lo largo de la noche, necesitarás que sea un colchón que se adapte bastante. En cambio, si te mueves poco, elige la firmeza en base a tu peso y la postura en la que sueles dormir. Si vais a dormir dos personas en la cama, lo que mejor suele funcionar es elegir un colchón de firmeza media (entre 5 y 7 en la escala de firmeza), que es la que mejor se adapta a la mayoría de durmientes. Pero si tenéis pesos o gustos muy distintos, lo que os recomendamos es comprar dos colchones de tamaño individual o elegir un colchón de firmeza personalizable, de manera que cada uno pueda elegir la firmeza que necesite en su lado de la cama. Los niños y adultos jóvenes necesitan colchones más firmes y, conforme nos hacemos mayores, nuestro cuerpo agradece que vayamos reduciendo ligeramente la firmeza de la cama. Pero sin pasarse: ni los niños necesitan colchones duros como una piedra ni las personas mayores una cama blandísima. Piensa que con los años también se reduce nuestra movilidad y fuerza, por lo que un colchón muy blando que atrape demasiado dificultará los movimientos de una persona mayor en la cama e incrementará el esfuerzo para levantarse de la cama. Lo mejor para las personas mayores es un colchón con una capa generosa de viscoelástica con una firmeza entre 3 y 5 de nuestra escala. La combinación de materiales de los que está hecho el colchón son los que determinarán su suavidad o dureza. El núcleo es la capa más gruesa del colchón y es la encargada del soporte y la ergonomía. Esta capa puede estar recubierta de acolchado por los dos lados (en los colchones reversibles) o ser la capa inferior. Según el material del que esté hecho el núcleo, aportará mayor o menor firmeza al conjunto. Según la densidad del núcleo, los tipos de espuma utilizados y de si tiene canalizaciones, podemos encontrar colchones de espuma desde firmeza muy baja hasta extra firmes. Los colchones con núcleo de muelles ensacados son por defecto de firmeza alta a muy alta, aunque según el grosor y tipo de capas de acolchado (viscoelástica, látex y otros materiales), podemos encontrarlos también de firmeza media. Son colchones ideales para somieres articulables, pero no se llevan nada bien con los ambientes húmedos, ya que tienen mayor facilidad para acumular humedad y que proliferen los hongos en el interior. A la hora de elaborar un colchón de látex, existen principalmente dos procesos: Dunlop y Talalay. Este último suele ser más mullido, adaptable y con una firmeza algo más baja. A veces estos tres términos se utilizan de manera indistinta, pero no son lo mismo. La firmeza es la sensación de confort que sentimos al tumbarnos, mientras que el soporte es la capacidad del colchón de mantener nuestro cuerpo (especialmente la espalda) en la posición correcta. La densidad, que se mide en kg/m3, es una propiedad de los materiales. Mayor densidad no tiene porque significar mayor firmeza. Por ejemplo, una viscoelástica más densa ofrece mayor adaptabilidad y efecto memoria que una menos densa. Con lo que sí suele estar relacionada la densidad es con la calidad y durabilidad del colchón. Por norma general, cuanto más densos sean los materiales, mejor. Esperamos que ya tengas clara cuál es la firmeza que debería tener tu nuevo colchón. A modo de resumen, recuerda que cuanto mayor sea tu peso, más alta deberá ser la firmeza. Si duermes de lado, necesitarás reducir un poco la firmeza del colchón, mientras que si sueles moverte al dormir o sueles hacerlo boca arriba o boca abajo, tu colchón deberá tener algo más de firmeza. Si aún así todavía dudas qué firmeza elegir, tenemos un último consejo para ti: elige un colchón reversible con dos firmezas a elegir. De esta manera, podrás acabar de decidir en casa cuál de las dos se adapta mejor a tus necesidades de descanso. Además, siempre recomendamos que elijas un colchón que ofrezca un periodo de prueba en casa de, por lo menos, 30 noches. Será la mejor forma de comprobar si has elegido la firmeza adecuada. …. Si este artículo te ha resultado útil, te agradeceré mucho que la compartas haciendo clic en alguna de las redes sociales de abajo. ¡Muchas gracias!
Qué es la firmeza de un colchón
Nuestra escala de firmeza
Firmeza baja
Firmeza media
Firmeza alta
Firmeza muy alta
Colchones de firmeza universal: ¿mito o realidad?
Cómo elegir la firmeza adecuada para tu colchón
La firmeza ideal es diferente para cada durmiente y dependerá básicamente de tu complexión física y tu forma de dormir.
La firmeza según tu complexión
La firmeza según tu postura al dormir
La firmeza según tus movimientos nocturnos
Qué firmeza elegir cuando duermen dos personas en la cama
La firmeza según la edad
Factores que influyen en la firmeza del colchón
Colchones de espuma
Los colchones más comunes y también los más baratos del mercado. Pueden estar hechos solo de espuma de poliuretano (estos son los más sencillos y económicos, pero también los menos adaptables y duraderos) o tener capas de acolchado de viscoelástica y otros materiales que los hacen más adaptables y mullidos.
Colchones de muelles o híbridos
Los hay bicónicos y de hilo continuo, pero los más vendidos actualmente son los colchones de muelles ensacados, que son los de mayor calidad y adaptabilidad.
Colchones de látex
El látex es un material flexible y elástico, con muy buena adaptabilidad al cuerpo. Existen distintas calidades (y precios) según si el látex es natural o sintético que no sólo marcarán el confort sino también la durabilidad.
Diferencia entre firmeza, soporte y densidad
Recomendaciones finales para decidir la firmeza del colchón