Según los resultados de la encuesta que realizamos en 1.965 españoles durante los meses de febrero a agosto de 2020, después del primer confinamiento solo el 29% de los sanitarios considera que su calidad de sueño sigue siendo buena, lo que supone un descenso del 14% frente a la situación previa a la pandemia.
Según el doctor De la Rosa, neumólogo y coordinador del área de infecciones respiratorias de la Sociedad Española de Neumología, “estos datos no solo reflejan el mayor estrés y presión laboral de estos meses, sino también las consecuencias de los constantes cambios de turno, de la responsabilidad de mantenerse aislado de la familia para evitar posibles contagios y la necesidad de actualizarse a diario sobre los protocolos de tratamiento de la Covid-19.”
Las consecuencias del deterioro en la calidad del descanso en este tipo de trabajadores se reflejan en su bienestar psicológico. Los resultados de un estudio científico publicado en agosto que ha monitorizado el estado de ánimo, sueño y otros problemas de salud mental en profesionales sanitarios de varios países, indica que durante la pandemia la ansiedad y la depresión han alcanzado una tasa de prevalencia del 23%, mientras que el insomnio llega a cotas que rozan el 40%.
Este es un dato preocupante porque cada vez hay más evidencia científica de que la privación crónica de sueño tiene consecuencias negativas a nivel fisiológico y psicológico, pudiendo afectar a su salud y rendimiento laboral en un momento tan crítico como este.
Según datos de la encuesta realizada en este portal, se ha duplicado el número de profesionales de la salud que está recurriendo a medicación para dormir, situándose en prácticamente 1 de cada 6 sanitarios. Hasta un 6% ha empezado a meditar antes de acostarse como medida paliativa, y también se observa un aumento del 53% en aquellos que hacen siesta en sus días libres, presumiblemente para compensar la falta de sueño.
La población general, menos afectada de lo esperado
En lo que respecta al resto de los españoles, a pesar de que casi 7 de cada 10 reconoce tener una calidad del sueño mala o regular, los resultados de la encuesta desvelan que el confinamiento ha tenido un impacto más leve en ella. Se observa una baja calidad del sueño generalizada, pero sus principales causantes son los malos hábitos de descanso que ya existían antes de la pandemia.
Así, los números ponen de manifiesto que cada vez son más habituales las costumbres perjudiciales para la higiene del sueño: un tercio de las personas encuestadas duerme menos de las 8 horas diarias recomendadas, casi la mitad de los encuestados ve la tele antes de dormir y 1 de cada 3 mira el móvil, tablet u ordenador en la cama. Solo una pequeña minoría se decanta por actividades que facilitan la relajación como leer o meditar, con un 15% y 5% de la población respectivamente.
Pautas de los expertos para mejorar la calidad del sueño
En vista del efecto que el descanso tiene sobre la salud física y mental, y los mejorables hábitos de los españoles, es importante recordar lo que los expertos nos recomiendan para mejorar la calidad del sueño:
- Mantener un horario de descanso regular procurando que no haya una diferencia de más de 30 minutos en la hora de acostarse
- La habitación debe tener una temperatura confortable y ser lo más silenciosa y oscura posible
- Desconectarse de la tecnología al menos una hora antes de irse a dormir
- Crear una rutina relajante, como reducir la intensidad de la iluminación, tomar una infusión y poner música suave
- Evitar las cenas copiosas o pesadas y dejar por lo menos 2 horas antes de acostarse
- Reducir el consumo de cafeína, té y chocolate, especialmente a partir de la tarde
Ainhoa Balado, fisioterapeuta especialista en posturología y Pilates, destaca la utilidad de realizar ejercicios para relajar el cuerpo antes de meterse en la cama. Uno de los más efectivos consiste en colocarse de rodillas, juntar los pies y bajar las caderas hacia los tobillos mientras se extienden los brazos hacia adelante. Luego se baja la frente hasta apoyarla en el suelo, se cierran los ojos, y se ajusta la postura respirando relajadamente.
Según Ainhoa, los estiramientos de espalda también son muy beneficiosos para ayudarnos a conciliar el sueño. Por ejemplo, inclinarse hacia delante con intención de agarrarse de los tobillos, bajando tanto como se pueda mientras se hacen respiraciones suaves.
También puede ayudar practicar la respiración consciente. Para ello hay que tumbarse boca arriba, intentando relajar todos los músculos, prestar atención a la respiración y evitar que la mente se distraiga con pensamientos o preocupaciones. Cada vez que vuelvan los pensamientos conviene enfocar de nuevo la atención en la respiración.
En un momento en que parece que los cambios en nuestro estilo de vida que ha supuesto la Covid19 van a perdurar en el tiempo, es más necesario que nunca empezar a mejorar nuestros hábitos de descanso para mantener una buena salud tanto a nivel físico como mental. Especialmente en aquellos que están en la primera línea de batalla.