Si partimos de la base de que es durante las horas de sueño cuando nuestro cuerpo y mente se regeneran, es muy fácil llegar a la conclusión de que un buen descanso es de gran importancia para mantener nuestro bienestar físico y psíquico.
Si eres de los que no consiguen ese sueño reparador o, al despertar, te levantas con dolor de cuello, puede que la almohada sea la causa de tu problema. Una de las soluciones podría ser prescindir de ella, ¿pero es esta una buena decisión?
En este post te hablamos de cómo y en qué circunstancias una almohada puede favorecer o perjudicar tu descanso.
¿Qué función tiene la almohada?
La almohada no es un simple complemento más de tu descanso, sino que cumple con una importante función, ya que se encarga de facilitar la correcta alineación del cuello y de la espalda y que esta se mantenga recta durante las horas de descanso.
Debemos tener en cuenta que, al descansar con la columna vertebral bien alineada, estaremos:
- Evitando una excesiva presión sobre las cervicales
- Favoreciendo la circulación sanguínea
- Contribuyendo a mejorar el reposo completo del cuerpo
Sin embargo, hay situaciones concretas en las que el uso de la almohada puede resultar contraproducente. ¡Veamos estos casos!
Cuándo dormir sin almohada
Tras leer la importancia que tiene la almohada, podrás deducir que (como norma general) su uso está ampliamente recomendado.
Sin embargo, existen situaciones concretas en las que dormir sin almohada reporta más beneficios que inconvenientes. Por ejemplo:
- Para las personas con un índice de masa corporal superior a 25 y que duermen boca abajo sobre un colchón de firmeza media o media/alta.
- Para las personas de espalda ancha que duermen boca arriba en colchones de firmeza media o con un alto nivel de adaptabilidad, es decir, que se hunden en el colchón.
En ambos casos, el uso de un apoyo adicional para la cabeza puede llegar a provocar una desviación de la columna que tensionará los músculos de la espalda y del cuello. A largo plazo, esta tensión muscular puede derivar en tendinitis o, lo que es aún peor, en lesiones cervicales.
¿Los bebés y niños deben dormir sin almohada?
Según las recomendaciones de American Academy of Pediatrics, los bebés siempre deben dormir boca arriba, sobre una superficie lisa y, para evitar el riesgo de asfixia, sin almohada o cualquier otro tipo de elemento como peluches, mantas y sábanas grandes, protectores de cuna…
Por tanto, a excepción de los casos expuestos anteriormente, el uso de la almohada está ampliamente recomendado para la población en general. No obstante, hay situaciones en las que esta recomendación se convierte en una necesidad si se quiere evitar futuros problemas de salud: Antes de elegir una almohada es importante que definas la postura en la que duermes. Este elemento de descanso debe adaptarse a la posición que habitualmente adoptas: Además de usar la almohada para la cabeza, una almohada adicional puede contribuir a mantener la columna en la posición correcta. A continuación te indicamos dónde puedes usar la almohada adicional en función de la postura en la que descansas: La respuesta a esta pregunta puede ser muy ambigua. Como casi todo en esta vida, existen muchos matices que hacen que el uso de la almohada se convierta en una decisión muy personal que va en función de las necesidades particulares de cada persona. Sin embargo, nuestra recomendación es que, si tienes algún problema fisiológico o una mala postura al dormir, acudas a un profesional de la salud que te ayude a tomar la mejor decisión.Cuándo no es aconsejable dormir sin almohada
En el cuello se concentran músculos, pequeños huesos móviles, conexiones nerviosas y flujo sanguíneo a los que cualquier tipo de presión les puede afectar, por lo que reposar la cabeza sobre el soporte adecuado durante el descanso nocturno es altamente positivo.
Tipo de almohada según tu postura al dormir
¿Y si usamos más de una almohada?
Conclusión: ¿mejor con o sin almohada?