Uno de los colchones de látex que suma más opiniones es el Kipli. Lo hemos probado y te detallamos todas sus características y los tests que hemos hecho para evaluar su calidad y rendimiento para que puedas valorar si se adapta a lo que tú necesitas.
Para empezar, una de las peculiaridades que más nos llama la atención de esta marca italiana es su filosofía sostenible, con materiales orgánicos y una producción casi artesanal.
El colchón Kipli está hecho 100% con materiales naturales. Que su látex se produce responsablemente no solo lo dicen ellos, lo corrobora el sello EuroLatex. Súmale a esto una funda de algodón orgánico y tencel, y un relleno de lana. Todo hipoalergénico y sin sustancias tóxicas.
Para ofrecerte la valoración más objetiva posible hemos probado el colchón Kipli y lo hemos sometido a varios tests de rendimiento.
Sigue leyendo para descubrir si realmente el colchón Kipli es la mejor opción de compra según tus necesidades, además de sus verdaderas características y para qué tipo de durmientes lo recomendamos o desaconsejamos.
Características del colchón Kipli
Materiales: látex 100% natural
Altura: 22 cm
Firmeza: dos firmezas (en una cara media-alta y en la otra media)
Independencia de lechos: buena
Funda: 100% algodón orgánico y tencel, desenfundable
Período de prueba: 100 días
Garantía: 10 años
Ventajas e inconvenientes del colchón Kipli
Estos son sus principales puntos fuertes y débiles:
- Materiales 100% naturales
- Dos firmezas diferentes a elegir
- Se adapta a todo tipo de personas y posturas al dormir
- 10 años de garantía
- Periodo de prueba de 100 noches
- Materiales hipoalergénicos
- No contiene sustancias tóxicas
- Precio
- Es pesado, lo que dificulta su manipulación
- Le cuesta evaporar la humedad


¿Para quién recomendamos el colchón Kipli?
Una vez vistas todas sus características, consideramos este colchón adecuado para:
Personas alérgicas a los químicos o ácaros del polvo, asmáticos y personas con problemas en la piel
Personas aproximadamente entre 40 y 120 kilos de peso
Usuarios que buscan un colchón sostenible con el medio ambiente
Climas cálidos, que ayudan al secado del colchón
Si quieres probar a dormir sobre látex 100% natural, pero necesitas asegurarte con las 100 noches de prueba
Si no tienes clara la dureza de tu colchón ideal, o puede que el colchón lo “herede” otra persona
Si tienes una cama articulada
Si buscas un colchón duradero
Para quién no recomendamos este colchón:
En cambio, posiblemente no sea lo que necesitas si:
Casas muy húmedas, en las que cueste ventilar el colchón
Si no quieres invertir mucho dinero o solo vas a usar el colchón para una cama de invitados
Camas matrimoniales, si uno de los dos tiene sobrepeso y se mueve mucho al dormir
Análisis del colchón Kipli
Látex 100% natural, con dos firmezas diferentes
El Kipli, en cambio, no se la juega y hace del látex 100% natural su bandera. Y lo consigue sin que el precio sea prohibitivo; hay colchones más baratos en el mercado, pero este está muy bien en calidad-precio.
¿Ventajas del látex? Por un lado, la durabilidad. Con el Kipli tienes colchón para muchos años.
También la tranquilidad de descansar sobre un material sostenible y ecológico, con el tratamiento justo para darle la forma adecuada al colchón. Si te preocupa tu salud y tu huella ecológica, este producto puede ser lo que estás buscando.
Si eres alérgico al polvo, te interesará saber que el látex es el único material natural donde los ácaros no pueden anidar.
¿Desventajas? Como en todo, también las hay. El látex es un material que requiere cierto mantenimiento. Sobre todo, es imprescindible que lo ventiles bien. No te preocupes, que te lo explicamos con detalle más adelante. Y además, hay quien encuentra este material demasiado blando. Aquí es donde el Kipli nos sorprende, porque han resuelto este tema con mucha inteligencia. Y lo hacen con un colchón reversible, cada lado con una firmeza distinta, para que encuentres la que más se adapta a tus gustos y tu forma de dormir. Uno de los lados está formado por un bloque denso de látex natural de 15 centímetros. La densidad es bastante alta, de 85 kg/m3, de ahí que sea la cara más adecuada si te gusta dormir sobre una superficie de firmeza más bien alta. Esta cara tiene 7 zonas de confort, que distribuyen el peso del cuerpo. Responde bien en cualquier postura, pero sobre todo para dormir de espaldas y de lado, porque el colchón se ajusta ergonómicamente a los hombros y caderas. La capa de látex está perforada para lograr una buena ventilación y que no se acumulen calor ni humedad en su interior. En este caso, la densidad es de 65 kg/m3 y tiene una única zona de confort homogénea que se adapta a todas las morfologías. Si duermes boca abajo, notarás que no fuerzas el cuello ni la espalda. Como acabas de leer, en este colchón tienes la ventaja de elegir entre dos tipos de dureza diferente: media, y media-alta. Esto lo convierte en una buena opción para casi cualquier persona. No importa tu peso o la postura en la que duermas, hemos comprobado que el colchón Kipli logra un amplio margen de adaptación. El lado más firme se nota suave al tumbarse y a la vez responde muy bien a los puntos de presión. Se aprecia que gracias a sus zonas de confort diferenciadas, se hunden los hombros y las caderas si estás de lado, manteniendo alineada la espalda. Hablemos ahora de la transferencia de movimientos, algo que preocupa cuando vienes de dormir sobre viscoelástica o muelles ensacados. El látex no tiene efecto memoria, y además es muy flexible; por tanto, nos daba miedo el “efecto rebote” a la hora de compartir cama con otra persona, sobre todo si se mueve mucho. En nuestro caso hemos confirmado una buena independencia de lechos, como puedes ver tú mismo en la prueba que realizamos en el vídeo que encontrarás más abajo (en el minuto 12:10) por lo que consideramos que el colchón Kipli es una opción recomendable para camas de matrimonio. Precisamente, la flexibilidad del látex hace que sea el mejor tipo de colchón para usar sobre bases de cama articuladas. Este material natural tiene un calor específico alto, lo que significa que necesita mucha energía para incrementar su temperatura. Es decir, que necesita mucho calor para calentarlo, algo que no logra nuestro cuerpo ni tampoco la temperatura ambiental. Este es el motivo por el que sobre el Kipli no duermes ni frío ni caliente (tiene termoneutralidad) y también por lo que no se altera su elasticidad ni el nivel de firmeza. Lo que sí tienes que tener en cuenta es que al látex le cuesta ventilarse, y eso a veces aumenta la sensación térmica. A pesar de que tiene perforaciones a ambos lados, si sudas mucho o vives en un clima húmedo, debes cuidar muy bien el Kipli para que llegue al final de su vida útil en óptimas condiciones. Por eso, siempre recomendamos usar una base de cama con láminas, que facilite la ventilación del colchón. Si vienes de un colchón de otro material, como viscoelástica o muelles ensacados, es posible que tardes unos días en acostumbrarte. Es lo habitual, pero en nuestro caso no ha sido así: nos adaptamos a él desde la primera noche y notamos un descanso profundo. Pero tú no deberías fiarte de cómo les resulta a los demás, tienes que comprobar por ti mismo que se adapta a tu modo de dormir. Y en eso Kipli te lo pone fácil, porque te da 100 noches de prueba para que no te quedes a medias. Si después de probarlo a gusto, estás seguro de que este colchón de látex no es para ti, solicita la devolución. Eso sí, te recomendamos que durante esas 100 noches de prueba, guardes el embalaje original por si decides devolverlo. De este modo colaboras para que llegue en perfecto estado. ¿Qué pasa con los colchones que se devuelven? La marca los dona a asociaciones para apoyar la economía circular. Si quieres probar el colchón Kipli, aquí tienes el enlace a la web del fabricante: Un colchón con tanta durabilidad, necesita una funda que se mantenga en buen estado durante muchos años. Vamos, que resista tanto como él. Y además que vaya en consonancia con los valores ecológicos de la marca, y utilice materiales naturales. Es el caso de las fundas. La interior, en contacto directo con el látex, es fija y de algodón orgánico. La exterior es 61% algodón orgánico y 39 % tencel en la parte que está en contacto con la piel y tiene un relleno de 100% lana. Así, resulta muy acolchada al tacto, casi casi como si tuvieras un topper o colchoncillo extra. La parte lateral es de red para ayudar a transpirar el interior. En lugar de ser blanco reluciente, la funda es de un tono cremoso porque no se han utilizado productos químicos para blanquearlo. Ese es el color natural del algodón. El látex líquido, base de este colchón, se importa desde Sri Lanka a Italia y toda la fabricación se realiza en la fábrica de Kipli, cerca de Milán. Ambas caras están pegadas con un pegamento natural hecho a base de agua y látex líquido. De nuevo, sin añadidos químicos innecesarios que pueden provocar reacciones alérgicas o, como poco, un desagradable olor “a cerrado”. El espíritu sostenible de Kipli no se queda en los materiales del colchón. El plástico que lo envuelve para el transporte también es reciclado, y a tu casa no llega en una caja sino una bolsa de yute que puedes reutilizar. Si te preocupa la huella de CO2 de su producción y el transporte, para compensar las emisiones Kipli apoya la reforestación de áreas metropolitanas junto a la ONG Boom Forest. Y cuando el colchón acabe su vida útil, es interesante saber que es biodegradable y compostable. En 6 meses se habrá descompuesto y generado un material apto para el compost, rico en carbono. Similar a hojas secas o madera. Todo esto está apoyado con varias certificaciones: Como acabas de ver, el certificado CATAS permite garantizar que el colchón Kipli va a mantenerse hasta 10 años como el primer día. Y esa es exactamente la garantía que ofrece el fabricante: 10 años que cubren cualquier tipo de defecto de fabricación. De todos modos, si lo cuidas correctamente, el Kipli puede mantenerse hasta 15 años como colchón de uso diario. El látex es un material muy duradero, más que otros como la espuma viscoelástica o los muelles. Y como no está tratado, aguantará durante mucho tiempo. Nosotros te hemos presentado nuestro análisis y experiencia, pero quizá tengas preguntas sin responder. En ese caso, puede ser útil conocer las opiniones de otros usuarios que ya han dormido sobre el colchón Kipli, ¿quieres saber qué les ha parecido a ellos? En España, el Kipli solo se vende a través de su web. Si te interesa ver las distintas medidas y precios, este es el enlace: Lejos del formato de caja que usan la mayoría de colchones para su transporte, el Kipli viaja en una bolsa de yute con asas. Le da un toque rústico, ecológico y reciclable que te confieso que nos ha gustado. Es cierto que en nuestro caso llegó a su vez envuelto en un plástico exterior, y no sabemos si fue embalado así directamente en la fábrica o si fue obra de la empresa de transporte (suponemos que la segunda). Sea como fuere, te recomendamos que lo primero que hagas sea sacar ese plástico exterior y llevarlo al contenedor de reciclaje amarillo. Porque el colchón es muy pesado -53 kg en un tamaño de 1,50 x 1,90 cm- y puedes manejarlo mejor con las asas de la bolsa. Cuando lo sacas del saco, de nuevo aparece el plástico; entendemos que es inevitable para poder transportar el colchón al vacío. Eso sí, es plástico reciclado. Ni siquiera se recomienda cambiar la dirección (de la cabeza a los pies), sobre todo por la cara más rígida. Puedes hacerlo si te quedas más tranquilo, pero no es necesario. Lo que sí es importante es que dejes que el colchón ventile a menudo. Algo tan sencillo como dejar la cama sin hacer media hora con la ventana de la habitación abierta, mientras te preparas para salir de casa ya permite que se evapore la humedad que se pueda haber generado por la noche. Especialmente si sudas de noche o tu habitación es húmeda. El colchón Kipli está enteramente compuesto de látex natural con certificado Eurolátex. La funda es de algodón orgánico, tencel y lana. Cada cara del colchón tiene una firmeza diferente. En la cara más blanda, el látex tiene un índice de firmeza de 5 sobre 10 (firmeza media). La otra cara es de 7 sobre 10 (media-alta). Una vez abierto, debes esperar al menos 2 horas antes de usar el colchón Kipli. Hemos comprobado que recupera su forma rápidamente y el olor al abrirlo es prácticamente inexistente (al menos en comparación con cualquiera de los colchones de visco que hemos probado). No te preocupes si las esquinas tardan algo más de tiempo en recuperar su forma. Se debe a que el colchón es látex 100% natural y no lleva incorporada espuma de poliuretano. Al ser de látex, la base del colchón debe dejarle respirar. Así que la base más adecuada es un somier de láminas. También puedes colocar el colchón Kipli sobre un somier articulado. La elasticidad de su material le permite volver a su forma original fácilmente. Si quieres hacer una limpieza ligera para refrescar tu colchón, saca la funda y deja el núcleo al descubierto. Si hay algo de humedad, absórbela con un paño suave. A continuación espolvorea bicarbonato de sodio sobre el colchón. Déjalo que actúe durante media hora y retíralo con un aspirador. Si has manchado el núcleo con algún líquido, tras retirar las fundas, emplea solo agua para eliminarlo. Como mucho, usa un limpiador suave. Nunca frotes el látex ni utilices productos de limpieza abrasivos como la lejía. Dado que la elasticidad es una de las características del látex natural es un muy buen material para la espalda, capaz de prevenir y aliviar (en algunos casos) los dolores de espalda. De todos modos, si tienes alguna lesión concreta, consulta con tu médico o fisioterapeuta cuál es el mejor tipo de colchón para ti. El colchón Kipli tiene una garantía de 10 años, cubriendo cualquier defecto de fabricación. También lo puedes probar 100 noches y devolverlo, si no te convence. Como el colchón abierto ya no se puede vender, lo donan a asociaciones que puedan darle un buen uso.
Cara firme
Cara suave
Si giras el colchón, al otro lado hay 5 centímetros de látex natural. Esta capa suave descansa sobre el bloque firme, matizando la dureza. También tiene perforaciones para que el colchón evapore mejor la humedad.
¿Es adecuada la firmeza?
Por la parte suave el hundimiento es mayor y la sensación de acogida más placentera. Te mantiene en un punto justo entre adaptabilidad y presión.
Respuesta al cambio de temperatura
¿Cómo se comporta el látex natural frente al paso de las estaciones? Cuando nos tumbamos sobre él, ¿nuestra temperatura altera su viscosidad y, por tanto se adapta de modo diferente al cuerpo?
Pruébalo 100 noches
Dormir sobre látex natural es una experiencia diferente a hacerlo sobre cualquier otra superficie.
La funda, también de materiales naturales
La funda tiene una cremallera que separa por completa la funda en dos partes, siendo fácil de poner y quitar. Y además tiene cuatro asas para que lo muevas cómodamente, algo que se agradece porque es un colchón pesado (sobre todo en tamaños de cama de matrimonio). Eso sí, la funda se tiene que lavar en seco para que no se dañe.
Hecho en Italia, con certificaciones de calidad
La funda, en cambio, se elabora en un taller artesano en Turín. De modo que la fabricación es 100% europea.
Garantía de 10 años
Valoración de los usuarios
¿Dónde puedes comprar el colchón Kipli?
Otros aspectos relevantes
Un packaging eco
Mantenimiento de un colchón de látex
Aunque las dos caras del colchón son útiles, la idea es que no tengas que voltearlo periódicamente. Escoge la firmeza que más cómoda te resulte y no hace falta que hagas mucho más.
Preguntas frecuentes sobre el Kipli
¿De qué material está hecho?
¿Qué firmeza tiene?
Después de desembalarlo, ¿cuánto debo esperar para usarlo?
¿Cuál es la base más adecuada para el colchón Kipli?
¿Se puede lavar su funda?
Sí, tiene una funda exterior que se saca fácilmente. Aunque se puede meter en la lavadora, nuestra recomendación es que la laves en seco para cuidar al máximo el algodón orgánico, el tencel y la lana.
¿Cómo limpiar un colchón de látex natural?
¿Es bueno para la espalda dormir sobre látex natural?
¿Qué garantía tiene?